Durante su formación como antropólogo social en la Université de Montreal en el periodo de 1973-1977 optó claramente por centrar su investigación futura en el campo de la Antropología Económica, siguiendo las enseñanzas de sus maestros Pierre Beaucage y Maurice Godelier. Ambos también influyeron en su orientación latinoamericanista, fruto de la cual fue su primera experiencia de trabajo de campo en Perú en 1975 para la memoria de la maitrÎse en anthropologie y para la elaboración de un proyecto de tesis doctoral en la U. de Montreal sobre el modo de producción asiático en el imperio incaico.
Desde su inscripción en 1978 en el programa de doctorado de la Universidad de Sevilla la realidad etno-nacional andaluza se incorporó a su campo de interés antropológico. Siempre dentro del eje disciplinar de la Antropología Económica eligió como cuestión a investigar las estrategias económicas domésticas del sector social jornalero y como referente empírico concreto optó por la población de Lebrija.
Entre 1982 y 1986 ejerció como director provincial del Instituto Andaluz de Reforma Agraria en Huelva, lo que supuso un paréntesis en el programa de doctorado que concluyó en 1990 con la defensa de la tesis doctoral bajo la dirección de Isidoro Moreno y con el título “Buscarse la vida. Economía jornalera en las marismas de Sevilla”. No obstante, la dedicación intensiva al cargo administrativo no significó el alejamiento completo de sus intereses antropológicos., participando activamente el seminario dirigido por Isidoro Moreno en el Departamento de Antropología y en la fundación tanto del grupo de investigación GEISA como de la Asociación Andaluza de Antropología.
Desde entonces, Andalucía y América Latina han sido tanto los dos espacios socio-culturales por los que ha transitado el corpus de su investigación antropológica como los referentes sobre los que se ha centrado la mayor parte de su actividad docente en la Universidad de Sevilla desde 1987 hasta su jubilación en 2018.
El marco disciplinar, dentro de la fidelidad a la troncalidad de la Antropología Económica, se ha diversificado entre la Antropología del Trabajo y la Antropología del Desarrollo. En la primera de ellas desde la herramienta analítica de las culturas del trabajo como uno de los ejes de la matriz identitaria adoptada por GEISA. En el campo del desarrollo, con proyectos del Plan Nacional en Guatemala, Nicaragua, Cuba y Ecuador, adoptamos la propuesta teórica del etnodesarrollo o desarrollo con identidad del Guillermo Bonfil y su correlato de la Autonomía Pluriétnica.
En las dos primeras décadas del presente siglo, coincidiendo con sus estancias como profesor invitado en Canadá, ha realizado varios proyectos de investigación sobre procesos de autonomía de las primeras naciones innu e inuit y sobre las culturas del trabajo de los pescadores y mineros en la provincia de Québec.
Toda esa actividad retroalimentada de investigación y docencia no ha impedido, sino muy al contrario, su compromiso con la gestión académica en defensa de la universidad pública. Sin menoscabo de sus proyectos de investigación de aquí y de allá y de los concursos de oposición a profesor titular y catedrático, cumplió con su facultad como vicedecano (2 años), con su departamento como director (dos mandatos) y con el equipo de gobierno como director del Secretariado de Investigación (2000-2008).
La dirección de diez y siete tesis doctorales es, probablemente, la reseña de su CV de mayor valoración personal por lo que significa como prueba de confianza de los/as doctorandos/as que le eligieron y los vínculos profesionales y personales que esa colaboración intensa desarrolló.